TAURO Y LA IGLESIA DE LOS CANARIOS.
En cuanto al origen del topónimo de 'Tauro', resulta curioso que la antigua denominación de Taoro sea coincidente con la del antiguo Menceyato de Taoro que en La Villa de La Orotava constituía uno de los nueve reinos aborígenes en que se encontraba dividida la isla de Tenerife hasta 1496.
«Álvarez Delgado los define como "torre de mensajes", una especie de talayot o tor balear que servía incluso después de la conquista para convocar y avisar "de taro en taro", y de poblado en poblado, extrañas invasiones o incursiones del enemigo (cit. Wölfel 1995;651).
Pues esa referencia es la que mejor define la Montaña de Tauro del suroeste de Gran Canaria, que es el punto más relevante de la zona, a partir del cual la zona entera toma el nombre de Tauro, una verdadera atalaya y lugar de un importante yacimiento arqueológico aborigen» (TRAPERO TRAPERO, M., Estudios sobre el guanche, Madrid, 2007.
En cuanto a la corrupción del topónimo, puede decirse que se produjo en ambas islas en aquellos tiempos, pues cuando se describen en documentos las tierras del Duque de Medina Sidonia, Juan de Guzmán, que fue el financiero del segundo desembarco que en Tenerife hizo Alonso Fernández de Lugo, recibió en pago de ello y por otros servicios, parte del botín en tierras.
El Duque decía a principios del siglo XVI que sus plantaciones de caña dulce, en Tenerife, están «entre los ríos Abona y Abades, y que el Río Grande de Tauro regaba los principales cañaverales de la isla».
Hay una referencia clara documentada en un pleito de 1782, en el que los criadores de ganado cabrío y lanar denuncian a los labradores por introducirse en el barranco de Taoro y Taorito a talar y desmontar los terrenos que desde época inmemorial usaban los pastores de Texeda.
Cuevas de Candelaria (Patrinet)
De siempre se ha considerado como voz correcta la trasladada de forma oral por los pastores del lugar. Según otras fuentes, lo que se oye de los hablantes tradicionales no es «tauro», sino «tábro». En cualquier caso, todas las fuentes sostienen que es un topónimo aborigen.
El complejo cultual de 'la Iglesia de los Canarios, nombre recogido por primera vez por F. García Márquez, quien señaló que así lo denominaban la gente del lugar, se localiza en el saliente amesetado que se proyecta al noroeste, a unos 100 metros por debajo de la cima de la Montaña de Tauro y a 1.184 metros de altura sobre el nivel del mar. El complejo fue levantado en el borde de la misma meseta, sobre el precipicio.
Las construcciones fueron levantadas con las lajas de fonolita que abundan en el lugar y sin argamasa, lo forma una estructura de tendencia circular al exterior y cruciforme al interior, con hueco de entrada orientado al SO.
Esta estructura se encuentra muy arruinada y pudo ser la casa dónde vivía aquella persona encargada o responsable del conjunto. Adosada a ella se encuentra la estructura principal, orientada al Oeste, con planta de tendencia ovalada y con hueco de entrada también a orientado al SO.
Este recinto conserva muros de 1,65 metros de altura por 1,05 metros de grosor, en el exterior los muros alcanzan 1,90 metros de altura y 1,40 metros de grosor.
Adosada al gran recinto de haya una estructura en forma de U de líneas rectas, abierta al norte y con una torreta en su abertura. Debajo de ella un aterrazamiento artificial sobre el acantilado.
A unos 50 metros de este conjunto se encuentra un túmulo en forma de casquete esférico, y gradas concéntricas, al sur se localiza otra torreta y algo más adelante otro túmulo de planta circular.
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